Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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"Mallko y papá", un libro sobre integración

Quién mejor que un dibujante que usa papeles de todos los colores y formas, lápices nuevos, usados y hasta con poca punta para retratar el tema de la inclusión, como lo hizo Gusti en su libro "Mallko y papá", una serie de dibujos propios y de su hijo con Síndrome de Down.
El nacimiento de Mallko, ahora de ocho años, "fue un bofetada" para el ilustrador argentino radicado hace años en España y en su libro habla, con dibujos, sobre el camino que transitó desde la frustración extrema hasta la aceptación del recién nacido.

"Se me acabó el mundo, no entendía nada, no se murió de milagro", asegura Gusti en una entrevista con Télam sobre Mallko, que nació sin previo aviso un mes antes de la fecha estipulada, en la casa del artista, una vivienda que, según describe, está inmersa en medio de un parque natural de difí­cil acceso.

"Cuando le vi­ la cara noté algo raro, pero no quise decir nada. Al dí­a siguiente lo llevamos al hospital porque no respiraba bien. Me quedé en el pasillo, en silencio, y entre corridas de médicos que querí­an ingresarlo a una incubadora contra la voluntad de la madre, escuché por primera vez la palabra 'Trisomí­a 21'", rememoró.

En el libro editado por Océano, uno de los primeros dibujos muestra un castillo, en lo alto Gusti -con una foto por cara- como un rey y debajo, un soldado a caballo, con la carita de su hijo y una frase que reza: "Cuando Mallko nació atacó mi castillo con todas sus fuerzas. Con todo su ejército".

El protagonista de las próximas dos hojas es el ilustrador, que se retrata sentado en una silla mirando hacia el cielo; otra con la cabeza gacha; pensativo; y la última en el suelo en posición fetal preguntando: "¿Por qué, Dios?"

"A veces, con los hijos pasa como con el dibujo: no te sale como lo imaginabas. A un dibujo lo puedes romper y volver a hacer, borrar, pero con el hijo, con el hijo de verdad... eso no lo puedes hacer", asegura en su texto Gusti quien estudió en la escuela de arte Fernando Fader como técnico en diseño y promoción publicitaria.

Con una intensa vida espiritual, rodeado de chamanes, personas que practican la medicina con plantas y un estudio de aves a su favor, Gusti cuenta que pasó por "un tira y afloje entre la fe y la ciencia" en las primeras horas de vida de su segundo hijo.

Fue en esa situación que una persona le dijo inesperadamente que si no quería al recién nacido se haría cargo "encantado de la vida" del niño y "esa frase me partió la cabeza", recordó el ilustrador que trabajó para la reconocida productora Hanna y Barbera, en proyectos como "Scooby Doo".

Pero más aún le enseñó Théo, su hijo de unos siete años en ese momento, quien le comentó sin titubeos, "a mí­ que más me da si es verde, rojo o azul, plateado o con pelos o bajito, gordito. Para mí­ siempre va a ser mi mejor hermanito".

"Lo miré y vi a un maestro iluminado en la tierra. Esa fue la primera lección que aprendí­ desde que nació Mallkito", afirma emocionado, tanto en su libro como en la entrevista.




Fuente: Télam

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