Juan Laxagueborde es uno de sus miembros fundadores y parte del grupo editor; es sociólogo y docente.
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : ¿Cuándo y con qué objetivos decidieron sacar "Mancilla"?
L : Mancilla aparece en 2011 a partir de charlas y encuentros de quienes después fuimos su primer grupo editor: Martina Masera Lew, Carla Muccillo, Nicolás Maidana, Florencia Minici y Pablo Gasloli. Este grupo fue mutando; hace un par de números se sumó Charly Gradin. Pero lo central en nuestras conversaciones era -y lo sigue siendo- la singularidad de esta época.
A su vez compartíamos lecturas bajo un doble plano. Por un lado, era el momento del auge de las revistas digitales, muchas de ellas centrales para nuestra formación y nuestras discusiones, como fueron El Interpretador y Planta. Por otro, el espacio de las revistas en papel, de una lectura más aletargada, y con la tradición más reciente que va de El Ojo Mocho a Ramona: ese terreno estaba semidesierto. La excepción quizá era El Rio Sin Orillas. Me parece que Mancilla intenta ser parte de una tradición heterodoxa y argumentativa, e insiste en los cruces temáticos. De hecho, las inquietudes de cada uno de nosotros son muy diversas y eso se nota en la revista. En Manciila se sostiene el contrapunto entre problemas que van del desarrollismo al pop. Esto no supone un rejunte forzado sino una vocación de transversalidad temática. Los objetivos fueron claros desde el principio: valorar la palabra y la escritura, y huirle a la chicana tan en boga en las redes sociales. Confiar en la afirmación más que en la negatividad canchera. O como el lema de la revista Literal: ni matar la palabra, ni dejarse matar por ella.
Fuente: Télam