En la marcha, también se reclamó por la aparición de un joven llamado Amarildo, quién fue detenido por la Policía en una favela por averiguación de antecedentes y nunca más apareció.
"Hay un genocidio diario en las periferias, el caso de Amarildo es algo que siempre hace la Policía y no queremos más genocidios", destacó el joven.
La manifestación también sirvió para reclamar por el derecho al aborto y contra la homofobia y el machismo: "Sabemos que hay movimientos dentro de la Iglesia que quieren cambiar estos temas, pero son minoritarios, por eso no caminamos contra la religión sino contra una parte que se posiciona contra la libertad sexual", agregó.
Por su parte, otra de las manifestantes llamada María, subrayó el carácter político de la protesta y apuntó contra los gastos realizados en el terreno donde se iba a hacer la ceremonia de clausura de la JMJ en Guaratiba, y consideró que todo lo actuado "buscó favorecer a la familia del gobernador de Río, Sergio Cabral".
"Entre otras cosas, se talaron 400 árboles de una zona protegida, y, más allá de que se dice que era para la Jornada Mundial, la verdad es que era para ganar terreno para el emprendimiento privado", ya que, según explicó, el lugar pertenece al suegro del gobernador carioca.
Consultada respecto de las acciones y discursos del Papa denunciando la pobreza y la explotación social, María concluyó: "Creo que puede tener buenas intenciones, pero veo difícil que pueda cambiar a la Iglesia".
La manifestación se desplazó, escoltada por un importante número de policías, a metros de los peregrinos católicos y no hubo que lamentar enfrentamientos entre ambos grupos.
Fuente: Télam