Rasjido comenzó su charla ante un nutrido auditorio de diseñadores y estudiantes de diseño relatando cómo los paisajes, las luces y los colores de su Santa María natal habían sido siempre su inspiración para el diseño y cómo fue profundizando su propio estilo a partir de la investigación y aprendizaje de técnicas de tejido y teñido de telas y la combinación de un diseño inspirado en culturas aborígenes pero siempre tamizadas por su propio “filtro estético”.
Mientras mostraba imágenes con sus diseños hechos a partir de barracanes, los textiles que ya son una marca registrada de sus creaciones, la santamariana relató sus búsquedas de color y texturas, así como las influencias de culturas aborígenes que –destacó- le sirvieron para inspirarse en creaciones que tienen su propio sello estético.
“En el diseño no hay límites” dijo, pretendiendo abrir la mente a los estudiantes de diseño que seguían atentamente sus consejos. “Yo, de manera real y metafórica, imprimo mis propias huellas digitales en una obra” dijo tras revelar todo el proceso artesanal y al mismo tiempo artístico que demandan cada una de sus confecciones que, no por casualidad, denomina “arte para usar”.
Pese a haber logrado insertarse en el circuito internacional el diseño y haber sido reconocida con múltiples premios, entre ellos los dos Konex y el diseñador del 2000, Rasjido comentó que elige seguir teniendo su taller artístico en Santa María de donde toma la inspiración de sus paisajes, sus colores y sus luces y mantener el contraste con las grandes ciudades donde expone y vende “su arte para usar”.
Manuela presentó sus prendas en desfiles y revistas de primer nivel y realizó exposiciones en distintos lugares del país y del mundo. En esta oportunidad, fue invitada por la organización nacional del pre-MICA, a propuesta de Catamarca, para ofrecer una conferencia sobre arte textil y mostrar algunas de sus prendas en el desfile de cierre del encuentro, realizado en el teatro San Martín de la capital tucumana.
Fotos: Ariel Pacheco / Secretaría de Cultura