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Jueves 25 de Abril de 2024
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Mar del Plata como ciudad bifronte

Para el escritor y crítico de arte Santiago García Navarro, esta ciudad pone blanco sobre negro un sistema cultural bifronte hasta en los personajes de los textos que acá se han escrito, desde la distinción elitista hasta el imaginario del fugitivo que terminará echándose a perder.
scritor, crítico de arte y curador ocasional, desde 2008 trabaja en un proyecto ensayístico, visual y de ficción llamado "Inviernos de un balneario", que espera publicar en 2016. Fue presentado por primera vez en el Teatro de Arena, en el marco de la XXIX Bienal de São Paulo, en julio de 2010. Este año, el proyecto participó de las exposiciones "Contra-escambos", en Belo Horizonte, Espacio Fonte, en Recife, y "Campo neutral", en Curitiba. Prepara "Brasil", primero de los cinco libros que componen el ensayo.

Esta es la conversación que sostuvo con Télam desde Río de Janeiro, donde reside.

T : ¿Cuál es, para vos, el rasgo diferencial de la producción cultural marplatense?
G : Mar del Plata es una ciudad bifronte, y esa característica se la dio el turismo. El país le presta atención durante tres meses (ahora menos), pero durante los otros nueve casi nadie se acuerda de ella, y esto puede ser bastante traumático para quien lo vive. Además, desde que el poblado original se convirtió en balneario, en 1883, lo que la ciudad ofrece, y por lo que es querida, es una especie de compensación a las exigencias del trabajo (lo que incluye el artístico).

De modo que hacer arte en Mar del Plata es una cuestión con problemas de partida. De los pocos que a lo largo del tiempo han escrito fuera de temporada, me interesan Bioy, Silvina Ocampo, María Wernicke, Fernando Del Río, Sebastián Chilano y Osvaldo Lamborghini, que al balneario lo llamaba "el páramo", pese a lo cual fue ahí donde escribió Las hijas de Hegel y mucha poesía. La obra de Alfonsina Storni siempre me parece mucho menos atractiva que su mitología.

Pero hasta ahora no ha habido otro escritor ligado a la ciudad tan poderoso como Enrique David Borthiry, el asunto de la gran mayoría de cuyas novelas fue la vida marplatense. Caso aparte es el de Tulio Stella, que dedicó los siete libros (o tal vez seis de los siete, no me acuerdo bien) de un proyecto novelístico llamado "La familia Fortuna", a montar la única saga marplatense. Y una saga marplatense es difícil de hacer porque hay que levantarla de la nada. Stella lo consiguió. Después hay bastantes escritores que han dicho algo sobre el balneario, de manera puntual. La lista incluye a Piglia, Tabucchi, Bashevis Singer, Kartun, Groussac, Girondo, Copi, Gombrowicz, Perlongher, Gambarotta, Camarasa, Borges, Torre Nilsson, Mallo, Isaac Morris, Sara Gallardo, César Bruto, Roberto Bolaño y Cachi García Reig (que es otro que escribió en el balneario, pero no tanto). Lugones redactó una novela floja ambientada en la ciudad, y Noé Jitrik, una pésima.

Luego, los ensayistas y cronistas: Juan José Sebreli, Felipe Celesia, Enrique Raab y Fernando Fagnani. Y los muchos académicos que en los últimos 20 años escribieron un corpus apabullante de textos sociológicos e historiográficos (me pregunto ahora si el único medio cultural marplatense realmente sólido no se estará produciendo en la universidad). Por último, están los personajes-escritores: sobre todo, la Tatana de "Ala de criados", de Mauricio Kartun, y el Steve Ratliff de "Prisión perpetua", de Piglia. Tatana es la que escribe porque tiene el poder de clase y la que tiene el poder dentro de su clase porque es una experta en la escritura.

Y Ratliff es la promesa literaria yanqui que se deja arruinar en Mar del Plata como consecuencia de un amor frustrado. Ambos, por ficcionales que sean, forman parte del sistema cultural marplatense, que no existe como tal. Y forman parte porque encarnan las condiciones de la escritura en el balneario: la distinción elitista que históricamente viene definida desde Buenos Aires (y contra la que Borthiry luchó toda la vida) y la de la fuga y el echarse a perder, que también encarnan dos o tres personajes-escritores de "La familia Fortuna", y que también es una condición del que viene de otro lugar y se afinca como producto de la necesidad de borrar sus huellas.

Otro aspecto distintivo es el hecho de que la ciudad sea mencionada en infinidad de obras, pero casi nunca indagada. Como si el imaginario idealizado que se proyecta sobre ella borrara los detalles de su realidad. Lo mismo valdría, creo yo, para describir la situación del cine o las artes visuales o el teatro.

T : Esta ciudad ¿perdió el aire de vanguardia que en música, arquitectura, literatura, plástica, supo tener en los 60-70? Si es así, ¿a qué lo atribuís?
G : Que yo sepa, lo vanguardista en esa época fueron dos películas afines a la nouvelle vague, ambientadas en Mar del Plata, pero realizadas por un español y un porteño: "Los inocentes", de Juan Antonio Bardem, y "Los jóvenes viejos", de Rodolfo Kuhn, ambas de 1962. Son dos perlas de las que ya casi nadie que no sea experto en cine se acuerda. En cuanto a la arquitectura, lo que se hizo mayoritariamente en esos años fue un anticipo de lo actual: productos definidos por la especulación inmobiliaria, con calidad proyectual y material cero. Reina-Imbaldi y Laura Napp, entre otros, continúan esa lógica, que había empezado en los 50. Necesitaríamos muchos más como Guillermo de Diego y Javier Sáez para parar la caída libre.

En artes visuales, desde principios del 2000 hay varios artistas que trabajan en la ciudad, que quizá en este momento no estén tan comunicados o tan entusiasmados con las perspectivas que ofrece la ciudad. Pero son muchos más que antes y están más consolidados como artistas. Me refiero sobre todo a los que se formaron en los pocos años en que el proyecto Trama y el Fondo de Arte Contemporáneo, ambos de gestión independiente, lograron apoyo público y privado, local y extranjero, para organizar talleres y cursos y becar a los participantes. No tengo idea de cómo se están formando dos pibes muy jóvenes y muy talentosos como José Manuel Gallego (fotógrafo) y Agustín Solís (dibujante, diseñador y escritor), pero me parece que en ellos y en los grupos en los que circulan, para quienes las redes sociales e internet son una plataforma de socialización de sus obras, puede haber una novedad. Creo que el escenario actual puede estar cambiando, y en ese sentido sería bueno aprovechar lo que hay de potencia y dejar atrás la melancolía por unos 60 o 70 demasiado mitificados, o que son puro mito.

Fuente: Télam

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Comentarios de nuestros lectores: (2)
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Por: Mario Musumeci el 03-08-2013 a las 20:44
Este concepto se lo escuche al Mag. Nicolás Luis Fabiani, Director del GIE (UNMdP).
Ver en : http://incultia.com/docs/vcTeatro.pdf
Mar del Plata bifronte
Por: Nicolás Luis Fabiani el 07-12-2014 a las 00:25
Efectivamente, el concepto de "ciudad bifronte" lo puse en circulación hace ya muchos años en publicaciones mías sobre Estética e Historia del teatro marplatense.
Fundé, en 1994, el GIE (Grupo de Investigaciones Estéticas, UNMdP) y, por primera vez, se publicaron un total de cinco volúmenes bajo el título de Estética e Historia del teatro marplatense (Editorial Martin - UNMdP). Llemamos ya publicados cinco volúmenes del Anuario de Estética y Artes (Ed. Martin - UNMdP)



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