"Fue durante el verano de 1983: Marguerite me había invitado a su casa en Maine (Estados Unidos) a fin de releer con ella mi traducción de sus obras de teatro y tiempo después, en París, recibí el manuscrito con estos poemas brevísimos, sin puntuación y una carta donde me sugería que los tradujera", contó Baron Supervielle a Télam.
Publicado por Alción Editora, el libro se compone de treinta y tres poemas breves de inspiración oriental, dedicados a la contemplación de la naturaleza, con silencios amplios y sugerentes que llevan a los versos a flotar en el vacío como partículas en suspensión. (Télam)