Durante la vigilia, luego de bailar y cantar, los jóvenes realizaron un taller en el que se trató la temática del Espíritu Santo como combustible interior y fuente de sanación. Al finalizar el trabajo, los participantes divididos en 10 grupos hicieron una proclama acerca de un compromiso elaborado con el objetivo de sanar las heridas que los jóvenes de nuestra sociedad tienen hoy. El cierre de la fiesta fue una misa presidida por Fray Fernando Lapièrre.
Los integrantes del Departamento de Pastoral del Colegio anfitrión, organizadores de la propuesta, agradecen al grupo de alumnos animadores del colegio y a los jóvenes que año a año se suman a esta convocatoria, que reúne a cientos de chicos en la ciudad capital, y se consolida con el pasar del tiempo gracias a que los asistentes transmiten lo vivido y animan a otros a sumarse a esta fiesta de la fe.