Durante la vigilia, los presentes vivieron momentos de baile, canto y un taller en el que se estableció un compromiso de carácter social por parte de los jóvenes. Además, sobre el final de la vigilia, se realizó un fogón, que se encendió al ritmo de las guitarras que llevaron los chicos.
El cierre de la fiesta se concretó con la misa presidida por Fray Fernando Lapierre.
Finalmente, desde la organización a cargo del Departamento de Pastoral del Colegio anfitrión se agradece al grupo de alumnos animadores del colegio y a los jóvenes que año a año se suman a la fiesta, que ya es una tradición en la ciudad capital y se consolida con el pasar del tiempo, todo gracias a que los asistentes transmiten lo vivido y animan a otros a sumarse al evento.