Catamarca
Miercoles 24 de Abril de 2024
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"Mato y olvido", premiado policial polemiza sobre la cualidad ficcional del periodismo

El escritor Daniel Ares se refirió a su última novela Mato y olvido, ganadora del Premio Extremo Negro del BAN! 2015, en la cual desnuda las dinámicas de los grandes medios de comunicación como generadores de ficciones que terminan legitimándose y generando nuevas realidades.
La novela de Ares -escritor y periodista nacido en Buenos Aires 1956- recibió el voto unánime de un jurado que la eligió entre 485 obras por estar "maravillosamente escrita" y ahondar "en lo peor" del poder político, judicial, policial y periodístico: "un infierno encantador para un crimen perfecto", reseña el fallo.

"Hay una dinámica que tiene que ser cuestionada, no hay otro país en el mundo adonde un diario sea dueño de todo el papel y sobre ésto construya un imperio", dice Ares, en diálogo con Télam desde Brasil, en referencia a la premiada novela que encuentra su génesis en un caso real, que cubrió como periodista y que conmocionó al país por los 90, el asesinato de María Soledad Morales.

El libro que editará el sello Del Nuevo Extremo, trata desde la ficción "un escándalo al que asistimos sin escandalizarnos, que parió a un periodismo que debió crear sus propios anticuerpos y cuestionarse a sí mismo", asevera el escritor.

Ares cuenta que 'se fue yendo', allá por 2002 en plena crisis socioeconómica argentina, cuando no conseguía que le paguen como periodista ni que le publiquen como escritor y luego de que el corralito se quedara con los ahorros magros que tenía.

Enamorado llegó a Grecia, tres años después regresó a Buenos Aires -"siempre estoy un poco allá", dice varias veces a lo largo de la charla-, pero no pudo quedarse, no quiso, el alto costo de vida, la agitación urbana, los ruidos diurnos y las luces nocturnas, parte de todo eso que define la vida urbana lo arrojó a la posada de Arraial D'ajuda, una de las playas más lindas del mundo un poquito más abajo de San Salvador de Bahía, que por años gestionó con amigos.

Hoy Ares sigue viviendo ahí -ya dejó el periodismo, ya dejó la posada pero de escribir no para, ni las novelas ni el blog 'el martiyo'-, 23 años en ese pueblo de mar que no deja "aunque siempre ande con intención de volver", como repite en el diálogo telefónico.

"Acá me retiene la vida, en este lugar estamos todos a cinco minutos del objetivo, nos vemos por la calle y organizamos un asado en tres minutos, es todo más simple y minimalista -la última vez que usé zapatos fue hace tres meses, repara-. Es más relajado, sobre todo hay más tiempo para escribir y, si tenés un mal día, meterte al mar realmente funciona", asevera.

Ese es el escenario en el que Ares escribió Mato y olvido, esa costa preciada de Porto Seguro que le da el espacio para evocar la malicia o irresponsabilidad con que pueden informar los medios de comunicación, conmocionar y generar narrativas sobre la realidad que surgen de ficciones, resultado a su vez de las exigencias y presiones de un momento y lugar determinados, de las idiosincrasias de su tiempo.

La semilla de esta novela está en su experiencia como periodista cubriendo el caso María Soledad Morales, la adolescente violada y asesinada en 1990 en Catamarca, causa que derivó en la intervención federal de la provincia y dio origen a las emblemáticas marchas del silencio pidiendo justicia, por la que resultaron condenados Guillermo Luque, hijo del diputado nacional Ángel Luque, y Luis Tula.

Mato y olvido es otra cosa, no trata de ese caso, pero de esa experiencia toma su esencia: "Estaba volviendo a las redacciones, por unos años me había mantenido alejado como 'freelance' pero el caso se presentaba como una gran oportunidad, algo muy interesante para cubrir, y cuando regreso me vuelvo con todos los elementos para realizar esta novela", repasa su autor.

Sobre todo, repara, "cuando vi lo que habíamos hecho nosotros los periodistas, cómo eramos capaces allá, en un pueblo chico, con toda la prensa nacional reunida en un caso que conmovía el país, de generar una dinámica narrativa que ni siquiera registré en Malvinas", adonde en época de guerra, con 25 años, pasó un día entero, "colado" en una comitiva oficial junto a otros periodistas.

"Vi claramente cómo tomábamos la realidad y la convertíamos en otra realidad, en un relato que respondía a tensiones externas. De alguna manera -aventura-, cantábamos la canción que la gente quería escuchar y todos contentos sin juicio ético -cuestiona-. Resumimos el caso a una anécdota: mataron a una hija pobre y un hijo rico tiene que pagar".

"Me interesaba desnudar esto de que los periodistas corren detrás de la verdad para contar una mentira y que los novelistas corren tras de una mentira para contar una verdad", resume, y así introduce sus ficciones y delinea las dinámicas que observó en torno al narcotráfico, el poder político, la pasión y el sexo.

En Mato y olvido, hay un asesinato en una ciudad ficticia del noroeste argentino, adonde va toda la prensa grande, presuntamente esclarecedora, y desata un infierno", dice sobre el texto protagonizado por Miguel Nogueras, un periodista que no es su alterego, advierte, aunque es el mismo de las novelas La curva de la risa y Banderas en los balcones. En esta entrega ya maduro y cruzándose con un escenario que lo lleva a otros lugares.

Y el formato es policial porque, sintetiza Ares, "permite trabajar con elementos legitimadores muy sólidos y llevar a los personajes a situaciones límite que ponen en juego los propios" e instalan al escritor "en la misma mecánica de cuando uno era chico y jugaba con sus soldaditos, porque el arte es un juego que se lleva adelante con la seriedad del niño".

Fuente: Télam

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