EL LIBERAL localizó ayer a esta mujer en su Pinto natal, donde vive junto con su pareja y otros hijos. Su casa tiene apenas dos habitaciones. En ese mismo lugar, a mediados del año pasado, un matrimonio rosarino llegó con regalos para sus hijos y tiempo después se convirtieron en el nexo entre una pareja adoptiva de Santa Fe y la criatura que la mujer dio a luz a finales de abril de este año.
Su abogado defensor asegura que la pinteña “fue utilizada por una red de Rosario, donde permaneció prácticamente secuestrada”. Y ella lo ratifica, aunque aclara que nunca permaneció encerrada ni le privaron salir del lugar donde permaneció con todos sus hijos durante casi dos meses, uno antes del parto y otro más hasta que se recuperó y completó los trámites para entregar el bebé en adopción a través de los intermediarios.
La madre, de 30 años, sostuvo que conoció a una pareja rosarina hace poco más de un año, por intermedio de una cuñada que vive en una zona rural cercana a Pinto. Según afirmó, visitaban periódicamente Pinto y sus alrededores en una camioneta vendiendo ropa y otros elementos que también canjeaban por animales o productos de la zona.
En el 2008, la pinteña quedó embarazada, pero su difícil situación económica la había llevado a plantearse si era bueno darle a su nuevo hijo la misma vida que le estaba dando a los otros, sometiéndolos a las carencias propias de una familia que sobrevive apenas con lo poco que gana su marido haciendo changas.
“Yo quería que mi hijo tenga por lo menos algo mejor. Lo hacía como un acto de amor”, confesó.
Fuente/ elliberal.com.ar