El operativo, prevé el control de las principales rutas y accesos a esta ciudad, y contará con mas de 200 efectivos, dispersados por los distintos puntos turísticos. También contará con el refuerzo de los municipios que aportaran sus respectivos agentes.
La novedad de esta medida preventiva, incluye el control de alcohol en la sangre con los nuevos, y según dicen, infalibles alcoholímetros, adquiridos exclusivamente para la campaña de prevención de accidentes de tránsito. Pero el problema central, aparentemente, se origina en la desarticulación que existe entre los departamentos vecinos y la capital para el cumplimiento de los controles. Como se sabe, el mayor presupuesto para este tipo de acciones, se concentra en la Capital, pero no prevé los instrumentos para alcanzar a cubrir los principales departamentos, que precisamente son los que reciben la mayor concentración de gente en fechas como las que se aproximan. Por lo tanto, los desbordes se producen cuando los festejantes regresan a la ciudad. Pero además de la cuestión de jurisdicción, se plantea las ingeniosas maniobras que los jóvenes, y los no tan jóvenes, realizan para eludir los controles.
Cristian Vicenti, Director de Inspección General, cuenta admirado como la ciudadanìa en general y los jóvennes en particualar, pergeñan distintas artimañas para introducir alcohol en los vehículos escapando a los ojos de las autoridades, como por ejemplo el tráfico de alcohol en los familiares y bondadosos termos, completados con bebidas de todo tipo, burlando así, los controles preventivos. Por esto motivos como estos, las policías endurecerán los controles, que según se ve, serán bastante incómodos, aunque sus organizadores pronostican muy buenos resultados y aseguran que ese, el consumo de alcohol, es el meollo de la cuestión