La infectóloga Cecilia Cánepa, de la Fundación Horacio López, explicó a Télam que "según como comienza la enfermedad, se la clasifica como aguda, subaguda o crónica; mientras que según su causa se la analiza como viral, bacteriana, micótica o tuberculosa".
"La forma aguda se desarrolla en 24 horas y puede ser fulminante -detalló- por lo general es bacteriana; mientras que las formas virales tardan siete días en evolucionar, son las subagudas. Además están las crónicas, con origen micótico, tuberculosis o parasitarias, cuya evolución es más lenta".