Como los niños son los frutos más preciados de la familia, te pido a ti, querida familia, que les trasmitas a tus niños esta sentida reflexión para ellos.
Estoy más que seguro que eres un gran amigo de Jesús, de la Virgen María y de San José, a quienes llamamos “La Sagrada Familia de Nazaret”. Nunca dejes de aprender del ejemplo de ellos… Si no los conoces, pide a tus papás que te ayuden a conocerlos, porque te hará mucho bien y estarás muy contento con ellos.
La presencia luminosa y señera de la Sagrada Familia te ayudará a que tu hogar sea un inagotable manantial de amor, que es Dios mismo. Si creces experimentando el AMOR de tus papás, cuando seas grande podrás y querrás amar como Jesús te ama. Sólo así la vida merece ser vivida; sólo así el mundo se vuelve hermoso y habitable; sólo así estarás convencido de que todos los seres humanos son tus hermanos; sólo así estarás dispuesto a dar la vida por los demás, sin escatimar esfuerzos; sólo así podrás formar también una familia en donde Dios sea todo en todos; sólo así respetarás y cuidarás tu vida y la de los demás; sólo así serás capaz de renunciar a todo, incluso al legítimo sueño de tener tu familia, para ser como Jesús y con Jesús, servidor de la paz, el amor, la unidad, el perdón, la fraternidad y la alegría. En fin, sólo así llegarás a ser verdadera y plenamente feliz y harás felices a los otros.
Ruego a Jesús Niño que te cuide, que siempre confíes en Él y, que unido a Él, sigas ‘creciendo en estatura, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres’ (cf. Lc 2,52).
Como sé que Dios escucha siempre a los niños, te ruego que reces por tu obispo, también te aseguro que lo hago por ti y tu familia.
Con la certeza de estar unidos en cada Eucaristía, los bendigo de corazón.
Mons. Luis Urbanč
8° Obispo de Catamarca