Según un estudio presentado en los Estados Unidos, los investigadores explotaron una característica de las células cancerosas humanas, y su alto nivel de enzimas de tipourokinasa.
De esta manera lograron modificar la estructura de la toxina del ántrax para hacerla tomar por blanco sólo algunas células con esta enzima.
Durante las pruebas con ratones afectados del equivalente a un cáncer humano, la toxina del ántrax modificada fue eficaz contra varios tipos de células cancerosas, sin toxicidad aparente sobre las células normales. (Télam-SNI)