Ahora, rompiendo históricas amarras atadas a viejas creencias y supercherías -entre ellas, que la mujer abordo trae desgracia- buscan embarcarse por primera vez en los barcos pesqueros que operan en las costas de Santa Cruz.
Las tratativas con las empresas que se dedican a la pesca comercial, comenzaron por iniciativa de las mujeres, todas egresadas de la Escuela de Marina Mercante de Río Gallegos, con ocho egresadas este año. (Télam).-