Con reputación de autor difícil, poco conocido por el público masivo, Blanchot optó por una vida discreta después de la Segunda Guerra Mundial, tras haber colaborado intensamente con la prensade extrema derecha durante los años 30.
La obsesión por el bajo perfil llevó al autor a rechazar las fotos y los reportajes: de hecho, a lo largo de su vida concedió una sola entrevista (a la revista l´Express en los años 60) a propósito de la guerra de Argelia, pero el semanario decidió nopublicarla.