Al archiconocido pulpo se le ofrecían dos tachos llenos de comida, uno con la bandera de cada país jugador. El animal pensaba unos segundos para abrazarse después a uno de los tachos.
Con sus oráculos acertó los ganadores de todos los partidos, incluyendo encuentros difíciles, como la final que ganó España, o sorpresivos, como la derrota de Alemania ante Serbia en la ronda inicial.(Telam)