Si bien fue abundante en otro tiempo, este animal emblemático, eslabón simbólico con nuestro pasado cultural, se ha convertido hoy, lamentablemente, en un desafío de conservación.
En Agosto de 1991, se dio origen al Proyecto de Conservación Cóndor Andino (PCCA). Su principal objetivo es asistir a la conservación de estas fabulosas aves y su majestuoso ecosistema, a todo lo largo de la cordillera, para asegurar la supervivencia de quien es considerado el Espíritu viviente de los Andes.
Kuna y Cura son los padres de YURAQ, ellos viven en el ZOO de Olavarría, en la provincia de Buenos Aires. Gracias al trabajo en conjunto con el PCCA, este huevo fue incubado en el Centro de Incubación del Zoo de Bs As durante dos meses. En la actualidad, la pareja está incubando su segunda postura.
Gracias a estos cóndores y a los de otros Zoológicos de Argentina y del extranjero, fue posible incubar y criar en aislamiento humano a 31 pichones. De esta manera y junto a los rescates realizados, ya se han concretado 99 liberaciones a lo largo de los Andes, devolviéndolo a lugares donde ya se habían extinguido como Venezuela y la Costa Atlántica Argentina.
Se tarda tres años en devolver la libertad a un Cóndor, pero bastan unos segundos para quitarles la vida. Por eso un cambio cultural es imprescindible.
Fuente: 26noticias.com.ar