Con frecuencia se trata de pistas relativamente cortas en las que el avión aterriza "corto" con carga plena pero levanta vuelo alivianado luego de dejar la carga en tierra. Recordemos el avión abandonado sobre Ruta Nacional Nº 157 en Frías, vecinos de Palo Santo aseguraron haber vistos "aviones que aterrizan en esa zona y camionetas cargan bulto y se dirigen a Cruz del Eje", etc.
En nuestro país abundan las pistas clandestinas que funcionan desde hace años. Desde los tiempos en que eran utilizadas por los contrabandistas.
Cabe destacar que con anterioridad al tráfico de drogas, lo verdaderamente rentable era el contrabando de cigarrillos, whisky de primera marca, relojes de alta gama y radios japonesas, a pilas, que se pusieron "de moda" en los años ´60, entre otros artículos.
La forma de operar ha cambiado fundamentalmente debido a la variación que se ha registrado en los volúmenes a transportar, Se trata de valores monetarios en los cuales trescientos kilos de droga se correspondería a varias toneladas de cigarrillos y bebidas alcohólicas para lo cual hace falta un avión de gran porte, incapaz de operar en pistas como las que denunció el Dt. Polti.
En Archivo conservamos antecedentes relacionados con un contrabando como el mencionado que tuvo lugar en un campo ubicado a unos 30 kilómetros al Este de Chamical, en la provincia de La Rioja cuando unos lugareños avisaron la policía sobre un avión supuestamente abandonado en un campo. Al arribar al lugar los efectivos policiales encontraron un Douglas DC-4 depositado con el tren de aterrizaje plegado, sin rastros de carga ni de ocupantes.
Sobrevolando el sitio podía verse una huella de automotores que partiendo del sitio en que se hallaba el avión, empalmaba con la Ruta 38, al Sur de Chamical.
A través de investigaciones pudo se pudo saber que se estaba en presencia de una nueva modalidad consistente en la compra, por parte de los contrabandistas, de una aeronave destinada a un desarmadero pero que con unos pocos dólares se la ponía en aptitud de volar, obviamente, sin pasar por ninguna inspección. Luego se contrataba un seguro, se cargaba el avión y se hacía el traslado.
En destino se percibía el dinero del contrabando y se abandonaba el avión por el cual se cobraba el seguro.
Este DC-4 volvió a "ser noticia" cuando la policía detectó a un grupo de gitanos que se lo estaba llevando a pedazos.
La penetración de nuestros cielos en forma clandestina obedece a la falta de radares, especialmente en las fronteras con Bolivia, Paraguay y Brasil.
Otro caso que tuvo amplia repercusión se registró en los años ´90 cuando un bimotor quedó detenido en territorio catamarqueño con un cargamento de droga. Posteriormente esa aeronave permaneció durante mucho tiempo a la intemperie en el aeródromo del Club de Planeadores en Juárez Celman, cerca de la ciudad de Córdoba.
Por otra parte, de "país de tránsito de drogas" nos hemos convertido en "país productor y exportador de cocaína".
Toneladas de "pasta base" son transformadas en el estupefaciente en las "cocinas" locales para su posterior derivación hacia el consumo interno y la exportación a Europa, preferentemente a España.
Felizmente y según lo anunciado por la Presidente Cristina Fernández. el Gobierno ha ordenado la construcción de seis radares a la firma Invap.
No obstante y a partir que esos radares entren en funciones, será menester contar con el complemento necesario para interceptar aeronaves que pretendan ingresar a nuestro espacio aéreo volando bajo, ("rasanteando" según la jerga), dado que ésa es la única manera que se conoce para no ser "visto" por un radar. Por cierto, siempre que se trate de un avión "normal".
Resulta obvio señalar que la ocasional intercepción corre por cuenta de aviones militares dotados de armamento adecuado para obligar a un intruso a aterrizar y quedar detenido a disposición de la Justicia.
Sin embargo, nos parece que la mejor manera de terminar con este problema pasa por acciones educativas tendientes a concientizar a la población sobre los riesgos que encierra el consumo de drogas y tal vez, -utópicamente sea dicho-, poder llegar al día en que, al no haber consumidores, no habrá demanda de estupefacientes y no habrá "narcos" dispuestos a perder plata en una actividad poco o nada rentable.
Redondeando, puede afirmarse que con los radares solamente no alcanza. La complejidad del problema requiere acciones multidisciplinarias llevadas adelante por el Estado. El mismo que, ante el auge de la droga, hoy parece mirar para otro lado.
Gentileza: lavozderecreo.com
