A la idea de explicar el mundo con la razón, "el gótico viene a señalar algo que no se puede ordenar: el deseo. Entra el deseo y se da una especie de paradigma, entra la noche, lo inexplicable, los sueños, la muerte, el cuerpo, el principio básicamente de lo femenino, todo lo que no se puede catalogar", dice Negroni acerca de "Museo negro" (1998), que abre la trilogía recién publicada por Caja Negra.
Y esto pasa en el siglo XVIII, "ahí empieza lo contemporáneo hasta desembocar, como diría Goya en que 'El sueño de la razón produce monstruos' (título de un grabado de la serie 'Los Caprichos' del pintor español). El gótico está ahí para recordar que esa propuesta conduce al terror, mejor abramos un espacio imaginario que es lugar del arte, desordena la razón, nos corre de las convenciones, para abrirse a lo prohibido", resume.
"Luego, la literatura gótica tiene una deriva en América Latina con la literatura fantástica, algo maravilloso en el continente", menciona y apunta en "Galería fantástica" (2008), el segundo de los textos: "En ese corpus nocturno y afiebrado están contenidos, en efecto, todos los motivos y obsesiones que harán del fantástico latinoamericano una nueva forma de resistencia a las cárceles de la razón y las claustrofobias del sentido común".
Libro este que escribió en Nueva York desde 1999, mientras se dejaba fascinar por el cine negro, veía cuanta retrospectiva había sobre el género y se empapaba "del sindicato del crimen, la femme fatal gélida y sensual, todo en blanco y negro, con esos planos oblicuos y una fotografía expresionista llegada a Hollywood desde Europa por directores como el austríaco Billy Wilder".
Fuente: Télam