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Ni los discapacitados escapan a la pelea política

El intendente de Concepción vetó una norma del Concejo que ordena construir rampas e instalar ascensores en edificios municipales. Según el jefe municipal, no es posible concretar la obra que reclaman los ediles. Según ellos, Morelli no quiere concejales autónomos sino dependientes del Ejecutivo
(DIARIOC, 04/11/2012) Aunque la Municipalidad de Concepción se encuentra expresamente adherida a la normativa nacional que instituye el Sistema de Protección Integral de las Personas Discapacitadas, el intendente Osvaldo Morelli vetó una ordenanza del Concejo Deliberante que ordena adecuar dos sedes del Departamento Ejecutivo Municipal para liberarla de obstáculos y facilitar el acceso, precisamente, a los discapacitados. Pero el veto fue rechazado, la disposición fue promulgada y el conflicto dejó expuesta la fractura que, por estos días, divorcia a los ediles con el intendente.

"En la entrada principal del edificio de la Municipalidad de nuestra ciudad, solo existen escalinatas", dice el primer considerando de la iniciativa que los ediles sancionaron en septiembre. "igual situación -abundaron- existe para el acceso al Concejo". Funciona en la planta alta del mismo inmueble que la intendencia, en 9 de Julio al 100. Y añadieron que al Tribunal de Faltas o a la Secretaría de Obras Públicas, que funcionan en el ex Mercado Municipal (25 de Mayo e Italia) también se puede ingresar sólo mediante escalera.

Por ello, la ordenanza 19/12 dispone construir una rampa de acceso a la sede del Departamento Ejecutivo Municipal e instalar un ascensor para el Concejo; y habilitar un segundo elevador en el ex Mercado Municipal.

Mediante el decreto 312, Morelli opuso en octubre el veto total a la norma. En diálogo con LA GACETA, el intendente reiteró los conceptos vertidos en esa disposición. "Veté la ordenanza porque la rampa que piden no se puede materializar: el hall del edificio municipal es pequeño. Además de intendente, soy arquitecto. Pero por sobre todo, soy un hombre de trabajo y las cosas no se hacen así. Hacen falta estudios técnicos y podrían haber pedido que trabajemos en conjunto", explicó el jefe municipal.

La versión de los concejales es diferente. Y no sólo la de los opositores sino, también, la de los propios justicialistas. Unidos, "compañeros" y "correligionarios" rechazaron el veto, también durante el mes pasado, y promulgaron la ordenanza.

Los dos tercios Graciela Albarracín es una de las pocas vecinas de Concepción que puede estacionar su auto en la plaza principal, pero no por su condición de concejala sino por la oblea que lo identifica como el vehículo de una discapacitada.

"Es una falta de respeto. Asumí y el intendente no previó las condiciones para que yo pueda cumplir mis funciones. Como hay que subir una larga escalera para llegar al Concejo, sólo voy dos veces por semana: para la reunión de Parlamentaria en que definimos el orden del día y para la sesión. Si para mí es incómodo, para muchos otros discapacitados es inaccesible. Así que los recibo en la Fundación en ayuda al discapacitado y menores en riesgo, que presido", describe la representante vecinal del peronismo.

Pero Albarracín no se queda "en lo personal". "Concepción es el primer municipio que firma con el Consejo Nacional de la Discapacidad el convenio Por una ciudad accesible", recuerdo, para exigir respeto a esos postulados.

El concejal radical Alfredo Estéfano, justamente, contrasta el veto con el hecho de la reciente inauguración de juegos integradores en la plaza Haime, a modo de agregar otra contradicción. Y Albarracín reacciona con un interrogante. "¿Por qué sí están dispuestos a hacer esa obra, que es meritoria, pero vetan la rampa y los ascensores para los edificios municipales?", inquiere.

A la respuesta la da otro de sus pares de la Unión Cívica Radical. "Morelli inaugura los juegos integradores porque son una iniciativa de la intendencia, mientras que rechaza las rampas para que los ciudadanos discapacitados tengan pleno acceso a las oficinas públicas porque la propuesta es del Concejo Deliberante. Soy arquitecto y, al contrario de lo que sostiene el veto, la rampa se puede construir perfectamente", sostiene Carlos Olarte.

Pero no se trata de una riña por celos políticos. El opositor describe que la división se dio cuando el morellismo quiso modificar las reglas de funcionamiento del Concejo. "Nuestro reglamento interno es virtuoso: establece que se sesiona una vez por semana. Pero quisieron modificarlo, para quitar esa obligatoriedad y dejar supeditada a la convocatoria a una comisión de Labor Legislativa, que iba a tener la potestad de rechazar proyectos antes de que llegaran al recinto: un Concejo paralelo. Y también se modificaba el artículo 86, que da libre acceso a la prensa a todo proyecto que ha sido presentado en Mesa de Entradas. Eso marcó un quiebre, porque implicaba convertir el Concejo en apéndice de la intendencia. No sólo no lo lograron, sino que terminaron haciendo que nos reuniéramos los tres radicales con cinco peronistas", puntualizó.

Se trata, además de Albarracín, Estéfano y Olarte, del radical Eduardo Carrizo y de los peronistas Mario Carrier, Carlos Funes, Amado Deguer y Estela López. Los ocho ediles equivalen a los dos tercios del cuerpo deliberativo, de 12 miembros.

¿Proyecto propio?
Carrizo, precisamente, detalla que ya son ocho las ordenanzas que aprobaron entre los ocho concejales, que Morelli vetó, y que luego fueron insistidas.

"Su ´no´ a las rampas puso a la Municipalidad al borde de la discriminación. Por eso insistimos: ahora, él no puede hacerse el distraído. El incumplimiento de la ordenanza lo pondría en situación de incumplimiento de deberes de funcionario", advierte.

Morelli, precisamente, manifiesta que no va a incumplir ninguna disposición y que sí va a acondicionar los edificios, pero también advierte que a los tiempos, y eventualmente a las condiciones, las pondrá él. "No se trata de que se vota una ordenanza y lo dispuesto se hace ya. Todo tiene una solución, pero hay que realizar y comprar ascensores. Y, otra vez, no se puede hacer la rampa tal y como la plantean. Posiblemente, yo eleve un proyecto ordenanza para encarar esas obras", anticipó a este diario.

Pero Carrizo no duda de que todo se reduce al enfrentamiento entre el Concejo y la intendencia. "En ningún caso, Morelli interpuso veto parcial. A las ocho ordenanzas las vetó totalmente. Está bien que podamos equivocarnos pero, ¿ni un solo artículo de las ocho ordenanzas era válido?".


Fuente: lagaceta.com.ar

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