Axel, el nene, tenía un guardapolvo a cuadros celeste y blanco y cargaba una mochila. Parecía estar bien, salvo por un corte al costado de la frente, que había hecho que su cara se manchara con sangre.
Desesperado, gritó "¡mi papá!", sin dejar de mirar a su padre, Gustavo Videla, que seguía en el suelo, pero que comenzaba a moverse mientras el conductor del vehículo trataba de buscar ayuda frenando otros autos. Es que en la zona no hay señal de celular, por lo que parecía que el único modo de llamar a una ambulancia era llegar hasta el pueblo más cercano, dice el Diario de Cuyo.
"Quiero llegar a mi casa. Ahí mi mamá me va a limpiar la cara y vamos a ir a ver a mi papá. Mi casa está cerca", le decía a la persona desconocida que lo había encontrado en medio de la calle y que decidió acompañarlo mientras caminaba para no dejarlo solo. No había forma de convencerlo de que era más fácil que alguien lo llevara a su casa en vehículo, porque él pensaba que si caminaba, iba a llegar más rápido.
Unos cuantos autos se habían acercado adonde estaba su padre. Uno de ellos decidió ir a buscar asistencia médica. Pero la suerte jugó a favor: una ambulancia del Ministerio de Salud Pública pasó justo por el lugar indicado, en el momento indicado. Subió al hombre a una camilla y lo llevó hasta el hospital de Caucete, comenta el Diario de Cuyo.
Como deseaba, minutos más tarde, ya acompañado por su mamá y con la cara limpia, Axel volvió a pasar por el lugar donde había conseguido la ayuda para su padre. Esta vez iba a verlo al hospital, para reencontrarse con él. (Fuente: Diario de Cuyo)
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