En diálogo con Noticias Argentinas, el directivo aseguró que es inminente la salida a campo de especialistas a comprobar los daños causados por la tormenta, ya que si están distribuidos de manera circular significarían la presencia de un tornado.
Ciappesone se negó a "polemizar" con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien aseguró que se trató de un tornado el temporal del 4 de abril.
Para el director del SMN "pudo haber habido pequeños tornados" y que eso se comprobará con el estudio de los "daños y destrozos" entre los que se evaluarán la dirección de la caída de las "paredes y de árboles" entre otros elementos.
"En la intensa actividad convectiva que sucedió en los lugares que yo vi son daños por descendentes de sur a norte", explicó.
Por otra parte, el Servicio Meteorológico Nacional aguarda la colaboración de la experta en fuertes vientos, tormentas severas y tornados María Luisa Altinger, quien retirada de la Universidad Nacional de Buenos Aires, actualmente reside en Córdoba.
Fue la primera mujer en el país en cursar la carrera de Licenciatura en Meteorología de la UBA.
Es habitual que la científica visite la zona de desastre una vez ocurrido el fenómeno.
Altinger registra la información para analizar la intensidad del viento en forma indirecta a partir de los daños y la trayectoria del tornado o los tornados o tormentas severas que hubieran ocurrido en forma simultánea. Luego los clasifica según la "Escala Fujita".
El Doctor Tetsuya Fujita, con quien trabajó Altinger, fue el investigador que desde mediados del siglo XX se dedicó a estudiar estos fenómenos particularmente en Estados Unidos.
Dentro de los proyectos CONICET-UBA "Estudio de los Tornados en la República Argentina", Altinger desarrolló el cálculo de riesgo de tormentas severas para compatibilizarlo con la metodología de Twisdale–Dunn para el cálculo de riesgo de tornados.
Esa iniciativa resultó un aporte fundamental para la evaluación de la acción del viento sobre estructuras tales como puentes, líneas de alta tensión, centrales nucleares, entre otras, así como el estudio de los casos individuales aportó al mejoramiento del diseño de las torres de alta tensión.
"Si los daños están hechos en forma circular, esto tiene que ver con un tornado y velocidades que van desde los 110 a 500 kilómetros por hora", detalló Ciappesone a NA el pasado jueves.
La velocidad más alta de las ráfagas que midió el SMN el 4 de abril fue en la localidad bonaerense de Palomar, donde se registraron aproximadamente 60 nudos, es decir 110 kilómetros horarios; mientras que en Ezeiza, al sur del Gran Buenos Aires, no superó los 95 km/h.
