En el transcurso de su homilía, Mons. Miani dijo: “Mi despedida transitoria de Catamarca la quiero hacer desde la perspectiva de Pentecostés. Después de 22 anos de compartir con ustedes, en este momento, mis fuerzas me dicen que tengo que buscar otra posibilidad de vida. Lo que hice, lo hice, y el Espíritu de Dios sabrá discernir si lo hice bien o mal.
Espero que la misericordia del Señor juzgue bondadosamente lo que hice. De ustedes me quiero despedir simplemente con un ‘muchas gracias’, y un ‘perdón’ por todo lo malo que he hecho”.
“Mi corazón y mi oración no tienen otra meta que la Iglesia de Catamarca”
Luego recalcó emocionado: “Yo no estaré aquí, pero yo soy obispo de aquí. No soy el obispo que ejerce la responsabilidad pastoral, pero cuando me ordené obispo y cuando llegué a Catamarca, me dieron un anillo, que me decía que ésta era mi esposa muy amada. No estaré aquí, sin embargo, seguiré caminando con la Diócesis de Catamarca. Mi corazón y mi oración no tienen otra meta, no tienen otro destino, no tienen tampoco otras expectativas. Lo único que me queda como expectativa es simplemente que la Iglesia de Catamarca crezca como cuerpo de Cristo en la línea que nos mostró hoy la Carta de Pablo a los Corintios sobre el cuerpo místico de Jesucristo. Es lo único que tiene sentido, y esto es también lo único que le da sentido a mi vida ahora. Con mi gratitud, mi cariño, les dejo mis saludos, a todos, mis ‘muchas gracias’ y a todos pido perdón”.
En otro tramo, al referirse al nacimiento de la Iglesia con la venida del Espíritu Santo, dejó su mensaje expresando que “La Iglesia no es un ‘grupete’, Iglesia es un cuerpo compacto. El espíritu lo quiere así, y cuando nosotros no queremos así, y hacemos de la Iglesia lo que nosotros queremos, ahí no está la Iglesia de Jesucristo. De alguna manera hay que buscar que Jesús derrame su Espíritu también sobre ese grupo o sobre esa persona. Las divisiones no tienen sentido, las competencias son una tontería y las calificaciones son calificativos, y son más tontería aún”.
Finalmente imploró: “Que la Virgen del Valle sostenga, alimente, anime con los apóstoles pidiendo a Jesús la gracia del Espíritu para que ésta sea la Iglesia de Jesús ahora, aquí en la tierra, y para siempre gloriosa en el cielo, donde estaremos todos juntos con la ayuda de Dios”.
Sus palabras fueron cerradas con un fuerte y sostenido aplauso de la asamblea, que inundó el recinto sagrado.
Brindis fraterno
Finalizada la celebración eucarística, los presentes compartieron un almuerzo criollo en uno de los salones del predio del Santuario Mariano, oportunidad en que Mons. Miani partió una deliciosa torta y recibió cartas de despidida confeccionada por los miembros de cada uno de los sectores que prestan servicio en la Catedral Basílica. Todos fueron recibidos por el agasajado ante la expresión cariñosa y de profunda emoción de los presentes.
Con los sacerdotes
El lunes 28, a las 11.00, Mons. Miani compartirá la misa de despedida con el clero catamarqueño, en el Altar Mayor de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle.