"Me alegra poder comunicarme con ustedes en este acontecimiento tan importante para nuestra Iglesia en Argentina", saludó el Santo Padre a los participantes, a los que afirmó: "Ustedes estuvieron reunidos tres días haciendo de esta fiesta una oportunidad para hacer memoria, para recuperar la memoria del paso de Dios por nuestra vida eclesial y hacer de este paso un motivo de agradecimiento".
Según difundió este viernes el Vaticano a periodistas acreditados, Francisco enmarcó su saludo "en esta Argentina, de cara a los múltiples desafíos y situaciones que nos presenta la multidiversidad existente, la interculturalidad y los efectos de una globalización uniformante que relativiza la dignidad de las personas volviéndola un bien de cambio".
"En esta Argentina, se nos pide repensar cómo el cristianismo se hace carne; cómo el río vivo del Evangelio continúa haciéndose presente para saciar la sed de nuestro pueblo", agregó Francisco en el mensaje al Congreso "El Concilio Vaticano II- Memoria, presente y perspectivas".
"Y para encarar este desafío, hemos de superar dos posibles tentaciones: condenarlo todo. Acuñando la ya conocida frase 'todo pasado fue mejor' refugiándonos en conservadurismos o fundamentalismos; o por el contrario, consagrarlo todo, desautorizando todo lo que no tenga 'sabor a novedad', relativizando toda la sabiduría acuñada por el rico patrimonio eclesial", pidió Francisco en el mensaje.
"Para superar estas tentaciones, el camino es la reflexión, el discernimiento, tomar muy en serio la Tradición Eclesial y muy en serio la realidad, poniéndolas a dialogar", reclamó, y afirmó que "en este contexto pienso que el estudio de la teología adquiere un valor de suma importancia, un servicio insustituible en la vida eclesial".
Fuente: Télam