Los alumnos, que buscan terminar sus estudios secundarios para adentrarse a un mundo nuevo, desconocido y por demás difícil como son los estudios terciarios o universitarios tuvieron un espacio. A través de Diario C, estudiantes de la Escuela de Comercio Jorge Newbery dieron a conocer su postura a cerca de de esta problemática.
Los escolares mantuvieron una conversación fluída con nuestro medio. Al principio, los embargó la timidez propia de un adolescente cuando le apuntan un radio grabador en su rostro para hablar. Pero luego - entre los tambores y redoblantes que se podía apreciar con claridad proveniente de la movilización docente- dijeron sus nombres y opinaron con soltura.
Javier, que cursa 3º año del Polimodal, manifestó su preocupación por la cantidad de clases que están perdiendo hasta el momento. Reveló además, que están próximos a terminar el secundario y los días de paro están perjudicando sus estudios para poder concurrir con una buena base a la universidad.
“Tenemos que tener los 180 días de clase que son obligatorios y lamentablemente estos paros nos quitan la posibilidad de avanzar más rápidamente y lograr el objetivo que es egresarnos este año”, destacó Javier, vocero del ameno grupo de compañeros que se encontraban en la plaza principal.
Los alumnos, no están en desacuerdo con el reclamo docente que los tienen en el filo de la navaja desde hace largo tiempo. Pero aseguran, que las acciones propuestas por los gremios, no es la mejor forma de reclamar.
“Yo creo que ellos protestan por algo justo pero la actitud que toman no me parece la mejor. Podrían buscar otras formas de protestar y no quitarnos la posibilidad de ir a la escuela y aprender”, siguió diciendo el alumno.
Recalcó además, que debería haber una conversación más fluida entre el Gobierno y los docentes, buscar entenderse mutuamente para poder finalizar con este conflicto.
“Tendrían que entenderse entre las partes, los docentes deben comprender que la situación económica del Gobierno es difícil, pero también el Gobierno tendría que entender que el dinero que tiene el docente no le alcanza para los treinta días”, argumentó Javier.
Laura, que se encontraba con el menudo grupo de estudiantes de la escuela de Comercio, no quiso esconder su vos. Con opinión más tenaz, aseguró que los docentes cumplen una vocación de servicio, y su obligación es enseñar.
“Los maestros están pidiendo cosas que saben que no van a poder conseguir, no estamos en una buena situación como para que estén pidiendo aumento, tenemos una semana de clase y otra no, nos sentimos solos”, regañó Laura, nueva emisaria del grupo.
“Este es el último año y necesitamos que nos enseñen más cosas para empezar bien el próximo, y lo peor es que nos ajustan con los tiempos. En una semana nos llenan de pruebas y nos va mal por que tenemos pocos días de clases. Nosotros creemos que está bien que protesten pero fuera del horario en que nos tienen que enseñar”, replicó la alumna.
Por otra parte, los estudiantes revelaron una iniciativa de un profesor de bromatología de dicha institución. Comentaron, que en una biblioteca reciben clases de apoyo de matemáticas y ciencias químicas. El proyecto surgió, porque los alumnos no contaban con el suficiente conocimiento para afrontar ciertas materias.
Por este motivo, el profesor decidió en conjunto con instructivos universitarios ofrecer clases ad honorem a todos los alumnos interesados en perfeccionarse en dichas materias. Al respecto, los alumnos sostienen que es una importante ayuda debido a que el próximo año obtenendrían estudios más profundos.
Finalmente, los escolares no desaprobaron las medidas de fuerza efectuadas por los docentes, pero tampoco desconocen la difícil situación económica por la que atraviesa la provincia. Aún así, el grupo de estudiantes, en representación del alumnado de la provincia, no dudaron en sostener que si les interesa su educación.
“Así como los docentes tienen derecho a reclamar, nosotros tenemos derecho a obtener mejor calidad educativa”, concluyeron los alumnos.
