Luego de que el gobierno argentino concediera cuatro años de prórroga para el uso de buques petroleros en el tráfico de cabotaje (cuando a partir del 1 de enero de 2007 se hizo obligatoria en el ámbito internacional la utilización de buques de doble casco), la FINA llamó la atención sobre el incumplimiento del gobierno argentino.
Esta nueva norma intenta evitar derrames nefastos para el medioambiente, como los sucedidos a los buques petroleros Erika y Prestige. Nuestro país, por caso, tiene embarcaciones de más de 40 años de antigüedad en uso, sin mencionar el estilete "a fondo" que le puso Menem a la Marina Mercante nacional, llevandola a su desaparición casi absoluta.
Una de estos buques, fue usado para realizar viajes por el Río de la Plata, lo que entra en contradicción con las obligaciones emergentes del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, firmado por Uruguay y Argentina, en lo que se refiere a contaminación. Según indica FINA, se estaría violando lo establecido en los artículos 28, 48 y 49 del Tratado.(CAMPONOVA)