A su alrededor, decenas de argentinos se fueron acercando a las banderas que flameaban frente a la entrada del Coliseo y al pie del estrado desde donde el Papa Francisco siguió el Vía Crucis.
"Estamos dando vueltas por Italia en un tour con otros latinoamericanos, Soy católico pero es una casualidad coincidir con esta celebración porque contratamos el viaje mucho antes. Igual estamos muy contentos porque, empujando un poco, pudimos acercarnos para ver a Bergoglio", confió Alberto de Figueras, de una localidad cercana a Rosario.
Y prosiguió: "Los brasileños, chilenos, uruguayos o venezolanos que viajan con nosotros nos hacen ver que hay un cambio de mentalidad cristiana".
Sin embargo, Alberto dice "desconfiar" que "la Iglesia está como queriendo agarrar otra fuerza. Las otras religiones estaban juntando rebaño porque muchos se habían retirado de la Iglesia católica y eso es algo que puedo entender, porque soy católico, pero no fanático de la iglesia, tengo mis reservas sobre muchos temas y me pregunto cómo puede influir esto en nuestra región".
A su lado, los venezolanos Víctor y Yoani discreparon con el santafesino Alberto.
"Es muy importante para América latina que el Papa venga de nuestra tierra, somos el continente del cambio y la esperanza, es nuestra oportunidad de mostrarle al mundo todo nuestro humanismo para construir un nuevo mundo", sostuvo la venezolana Yoani envuelta en la bandera venezolana y con una boina roja en su cabeza.
Por su parte, el porteño Ricardo junto a toda su familia nunca dejó de hacer flamear su enorme bandera celeste y blanca a lo largo de todo el Vía Crucis.
"No soy católico, pero esto excede el catolicismo", le dijo a Télam Ricardo, de 47 años, quien contó el presagio en tono de broma que le había lanzado a su esposa el 28 de febrero pasado, día de la renuncia de Benedicto XVI.
"Teníamos el viaje programado con seis meses de anticipación y se dio que justo en Semana Santa nos tocaba estar en Roma, entonces cuando renunció Benedicto XVI nos dijimos en broma: - ´nos va a tocar estar ahí con un Papa argentino´, y aquí estamos"
"Bergoglio en nuestro país tiene muchos antecedentes de ser un hombre humilde, de estar siempre con la gente y acercarse a los mas necesitados. Ya los primeros gestos que el mundo descubre nosotros los conocíamos en Argentina. Si la curia romana se lo permite va a ser un Papa diferente", afirmó Ricardo.
En la misma línea se expresó el peruano Fernando Cornejo, de 65 años, quien celebró "el primer Papa jesuita y latinoamericano", pero pese a resaltar "la importancia de que Francisco deje de lado el lujo inútil de la tradición Vaticana", dijo "dudar" de que al nuevo Papa "le dejan hacer cambios profundos".
"La Iglesia necesita una renovación, dejar atrás los escándalos constantes por los numerosos abusos de menores o corrupción en su propia banca. Sería importante dejar atrás las polémicas en torno al casamiento homosexual, fomentar el uso del preservativo, principalmente en África, y darle lugar a las mujeres", reclamó el peruano Cornejo, radicado en Houston, Estados Unidos.
Cornejo, que se definió ante Télam como "un ferviente practicante, pero sumamente crítico con la cúpula eclesiástica", aseguró "esperar que Bergoglio pueda imponer una revolución en estos temas, aunque sé que históricamente en la Iglesia prima el lado conservador".
Fuente: Télam
