"Ya está instalada en la Argentina la epidemia de la obesidad, pero aquí adquirió un cariz diferente: se incrementó en los últimos años debido a la pobreza. Al no contar con recursos para alimentarse, muchos recurren a lo más barato para saciar su hambre, que son las grasas y los hidratos de carbono", indicó Mónica Katz, nutricionista del Hospital Durand de Buenos Aires.
El fenómeno de los obesos -ricos o pobres- adquiere particular gravedad ya que, por un lado, "esta enfermedad es considerada en el mundo como un factor totalmente independiente que genera accidentes cardiovasculares y, por el otro, porque es un estigma social que pesa en el comportamiento del individuo".
(Télam)