Como parte de una cultura de falta de cuidado por el espacio público, se ha hecho costumbre no respetar el horario en que se sacan los residuos domiciliarios, falta en la que incurren tanto los vecinos como empresas y comercios del medio. Es decir que, en muchos casos, no se trata de transgresiones aisladas sino de prácticas corrientes destinadas a economizar tiempo ó recursos, descargando los restos sobre los espacios y vía publica.