"Tulita”, como lo llaman cariñosamente sus amigos, se inició en el atletismo de pista a los trece años de edad practicando salto en largo y en alto, lanzamiento de bala, jabalina y pruebas de velocidad; despertando el interés de propios y extraños, inscribió por primera vez su estampa de triunfador en la portada de un medio gráfico local avizorando un futuro promisorio.
Su destreza le permitió arribar al fútbol local demostrando sus cualidades en la cancha de Club juventud Unidad de Santa Rosa donde llego a primera división. Pero convencido que su fuerte era el atletismo y siendo un corredor extremadamente talentoso entrego sus esfuerzos y naturales capacidades a una vida disciplinada de un buen atleta, quien pronto fue ganando la admiración y el respeto de sus ocasionales adversarios no solo en Catamarca sino también en Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Córdoba y La Rioja.
De esta manera inscribió su nombre con letras doradas, a la par de grandes deportistas como don José Ignacio Sigampa, Domingo Simón Maidana y Nicolás Cabrera, convirtiéndose en uno de los grandes de la disciplina en el ámbito provincial. Así también, “Tulita” se ocupó de ir perfeccionando sus saberes en kinesiología aportando todos sus conocimientos y experiencias en numerosas instituciones catamarqueñas del deporte como Olimpia, Red Star, Sarmiento, Vélez Sarsfield, Obrero de San Isidro, Peñarol de Belén, Jorge Newbery de Pomán y Navarro de Siján entre otros. Atravesando fronteras a países vecinos: Brasil, Chile, Paraguay acompañado en diferentes disciplinas como masajista de planteles locales.
Hoy, a los 77 años de edad, Tomás Gabriel Tula representa sin lugar a dudas una de las figuras más relevantes del atletismo de los últimos tiempos.