Se trata de una antigua edificación, que perteneció a la familia del Padre Urquiza, oriundo de Belén, que fue donada a la congregación de la Compañía de Jesús, y hasta hora era administrada por la Fundación Loyola.
La intención es que sirva para fines espirituales, como retiros espirituales y encuentros.
Mons. Luis Urbanč comentó que si bien la cesión es a la Diócesis, la misma estará bajo la responsabilidad de la parroquia Nuestra Señora de Belén, porque “la Diócesis acontece en la parroquia”. Asimismo, pidió que “la cuiden porque es la casa de la Iglesia, porque es de todos”, para “utilizarla con fines espirituales”.
Por su parte, el Padre Ferroni expresó: “En nombre de los jesuitas, estoy aquí para hacer entrega de la casa en comodato para su uso pastoral, para ayudar al hombre a encontrar a Dios. Es nuestro deseo que esta casa se utilice para que podamos encontrar al Señor en el silencio, en la oración, en la contemplación, en el encuentro entre nosotros y con Dios, nuestro Creador”.
“Es una enorme alegría para los jesuitas hacer entrega de esta casa, y Dios quiera que les sirva mucho, aprovéchenla para el encuentro con Dios, que sea para mayor gloria y alabanza”, concluyó el sacerdote.