En el ambiente fue conocido como “El Cantor de Catamarca”, basado principalmente en su premisa de cantarle siempre a su provincia, a su gente y a los bellos paisajes que inspiraron innumerables melodías por parte de diferentes autores, incluido Martínez.
La figura del folclorista fue creciendo a principio de la década del setenta, con el auge del folclore a nivel país, y logrando grabar su primer trabajo discográfico, que poseía la impronta que marcaría a toda su carrera como artista:
valorar todo lo vinculado con la cultura y la idiosincrasia de su tierra. También formó espacios peñeros para promover la música local y que el público catamarqueño tenga un lugar para conectarse con las raíces, como también brindar el espacio necesario para aquellas expresiones que buscaban su lugar para comenzar a transitar la senda de la música.
Su última gran actuación en esta tierra fue en la última edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, donde apelando a un particular repertorio (con temas de Raúl Uribio y de Atuto Mercau Soria) demostró de manera impecable su vigencia y se ganó la ovación del público presente.
Notable cantor y músico, pero por sobre todo una excelente persona, Martínez supo ganarse el cariño y el reconocimiento siempre afectuosos de los catamarqueños.