Tras señalar que la presencia y proliferación de alacranes en la provincia “va cada vez más en aumento”, las legisladoras expresan como fundamentos que “diariamente tomamos conocimiento de la invasión de alacranes en la ciudad capital e interior de la provincia, con el consiguiente temor para todos los catamarqueños ya que invaden casas de familias e incluso personas que fueron atacadas, siendo sus picaduras un riesgo para la salud debido a que es imposible detectar si se trata de una especie venenosa; y a veces en el interior provincial los centros de salud están distantes del lugar donde la persona sufrió la picadura”.
Indican que “poder identificar las especies venenosas y saber realmente los riesgos que éstas representan en lugares alejados de centros de tratamientos, es muy importante”, agregando que “alacranes y escorpiones, ambos nombres se refieren al mismo artrópodo, arácnido muy temidos por las personas de todas las épocas, y en algunas culturas antiguas eran considerados espías enviados por el mismo Satanás”.
Entienden que “este temor es bien justificado, ya que dependiendo de la especie ocasionará desde un malestar con una ligera inflamación y dolor local hasta complicaciones en el sistema nervioso, circulatorio, respiratorio y muscular, llevando en algunos casos al paciente a la muerte”, puntualizando que en nuestro país “se los encuentra prácticamente en todo el territorio, preferentemente en zonas desérticas, semidesérticas y montañosas”.
{adr}Describen que los alacranes “carecen prácticamente de visión y por completo de órganos auditivos, por lo cual son incapaces de distinguir y oír un objeto a pocos centímetros de distancia. Son de hábitos nocturnos, se resguardan de los rayos del sol para evitar la deshidratación que les resultaría fatal, pasando la mayor parte del día en escondrijos sombríos, debajo de piedras, maderas, escombros y lugares húmedos como desagües, lavaderos, canaletas, sótanos”.
“Indudablemente que nuestra provincia, como otras provincias del noroeste, viene sufriendo altas temperaturas y sequías que llevan a su proliferación y a la urgencia de medidas de prevención en la lucha contra los alacranes”, amplían.
Finalmente, sostienen que se hace “imprescindible y urgente” la necesidad de una “política activa” por parte de los gobiernos provincial y municipales en materia de prevención, “mediante tareas de fumigación adecuada en forma periódica, al igual que medidas de carácter educativo para mantener en alerta a la población”.