Señalan que la prolongación de las vacaciones para favorecer al turismo perjudica al comercio en la ciudad de Buenos Aires, ya que el grueso de los viajeros internos son de Capital Federal.
También quieren acortar las vacaciones de verano y alargar las de invierno por dos motivos: no saturar las plazas turísticas en una sola época y no perjudicar a los estudiantes, a quienes les cuesta retomar los estudios después de casi 100 días sin clases, algo que dicen que ocurre en muy pocos países.
El dueño del Café La Biela, del barrio porteño de Recoleta, Carlos Gutiérrez García, sostuvo ante Télam que "en verano las ventas de las confiterías caen desde un 20 a un 25 por ciento", mientras que en la hotelería sostuvieron que el nivel de ocupaciónes de un 50 por ciento menos. (Télam)