Fue entonces cuando tres hombres y tres mujeres mostraron su disconformidad a la concentración besándose entre ellos, lo que provocó momentos de tensión y la intervención de la policía, que identificó a los activistas.
A raíz de este hecho, el fiscal emprendió una investigación y el pasado 7 de octubre los activistas recibieron la notificación con la que se les imputó el cargo de escándalo público y, además, a cuatro de ellos se les sumó el de conducta obscena en la vía pública, informó la agencia EFE.
"La acusación sería irrisoria si no reflejara a la perfección los sentimientos homófobos contra los que los activistas están luchando. El fiscal debe retirar esos cargos inmediatamente", dijo en un comunicado Judith Sunderland, responsable de la sección de Europa occidental de HRW.
Para la imputación, el fiscal se basó en un informe policial redactado la tarde del suceso en el que, según HRW, se acusa a los dos hombres de "besarse apasionadamente en la boca delante de muchas familias con hijos y adolescentes, la mayor parte de ellos menores".
Además, la ONG lamentó que la acusación, siempre de acuerdo al informe policial, se sustente también en la indumentaria de los activistas, provistos de "camisetas coloridas y boas de plumas".
En este sentido, Sunderland defendió que ver a "hombres y mujeres gays besándose en público no es un crimen" y que las acciones de los activistas están encaminadas a "proteger su derecho a protestar pacíficamente".
Esta polémica se produce en un momento en el que Italia debate si legislar este tipo de uniones homosexuales.
Por el vacío legal que hay actualmente, algunos ayuntamientos, como el de Roma, comenzaron a anotar en el Registro Civil a los matrimonios igualitarios celebrados en el exterior, pese a que el ministro del Interior, Angelino Alfano, representante del partido más conservador dentro de la coalición de gobierno, emitió una circular en la que adelantó que cancelará esos trámites.
Fuente: Télam