Muchos de los niños deben recorrer varios kilómetros a pies todas las mañanas para asistir a clases, algunos de ellos deben cruzar ríos y a veces caminar en medio de nevadas o fuertes vientos bajo cero.
Algunos directivos comentaban que tomaron la iniciativa de recolectar medicamentos, ya sea comprándolos ellos mismos o gestionando a través del municipio y gente solidaria que siempre colabora.
“Para quienes viven la realidad es muy duro. Es muy triste ver llegar niños que lloran de frio, con sus rostros quemados por las bajas temperaturas y enfermos; pero a la vez es reconfortante ver las ganas de aprender y superarse”. Comenta un docente.
La otra problemática que viven es la escases de abrigos y frazadas. En lo que se refiere a alimentación muchos de ellos llegan con la esperanza de sustentarse en la escuela porque a sus padres no les alcanza para cocinar, pero debido a la falta de partidas con este fin, solo se les puede brindar un desayuno conseguido por beneficios realizados en estas instituciones por los docentes y padres.
Quizás algún día se logre ver a las autoridades de educación realizar una vivencia propia y de esa manera puedan diferenciar la gran realidad entre un pueblo de pre cordillera y una ciudad.
Gentileza: elabaucandigital.com