En los fundamentos de la presentación, se argumentó que el aumento del consumo de bebidas con sustancias farmacologicamente activas, llamadas ´energizantes´, se basa en “sus ponderadas propiedades estimulantes”. Y que si bien son productos de venta libre, “su consumo excesivo o su mezcla con alcohol u otros estimulantes los transforma, según especialistas de la medicina, en una sustancia tóxica potencialmente mortal”.
Además se explicó que las llamadas bebidas energizantes contienen, en términos generales, carbohidratos, cafeína, taurina, proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales, hierbas, creatina, carnitina, triglicéridos y otras sustancias que habitualmente no son para el consumo libre.
Y en el año 2005 un informe de la Sociedad Argentina de Nutrición daba cuenta que la ingestión de más de cuatro unidades de estas bebidas podrían ser perjudiciales para la salud. Actualmente los médicos cardiólogos afirman que el riesgo ya aumenta cuando se consumen más de dos latas, ello sobre todo cuando se mezclan con otras sustancias, como alcohol, medicamentos, tabaco o drogas.
También en el proyecto se mencionó que “nadie puede desconocer que estas sustancias son consumidas en forma masiva por jóvenes y adolescentes, y como saborizantes de bebidas alcohólicas como el vodka y la ginebra”. Y que esta combinación “puede provocar taquicardias, hipertensión, hiperactividad, arritmias, fallas cardiopulmonares, convulsiones e incluso una muerte súbita”.
En nuestro país, según estimaciones, se consumen actualmente entre 6 y 8 millones de unidades de esta sustancia por año; situación que puede llegar a ser más grave en el futuro (…), ya que se venden en kioscos y supermercados sin restricción alguna.