El magistrado, que investiga los abusos de cerca de 50 menores de entre 10 y 14 años, rechazó a fines de la semana pasada el pedido de prescripción de la causa, que responsabiliza de esos hechos al ex titular de ese instituto religioso, Justo José Ilarraz.
Para rechazar la prescripción Grippo tomó como base la legislación internacional a la que adhiere nuestro país, argumentando que los delitos habrían sido cometidos contra menores de edad que estaban en esos años bajo el cuidado de Ilarraz.
El caso, que tomó estado público en setiembre pasado, nunca fue comunicado por la curia a la justicia ordinaria y se mantuvo en el más estricto secreto hasta que algunas supuestas víctimas del cura decidieron presentarse en los estrados judiciales.
Ilarraz fue un estrecho colaborador del ex arzobispo de Paraná, monseñor Estanislao Karlic, actualmente integrante del Colegio Cardenalicio del Vaticano, quien en 1995 dispuso una investigación diocesana para esclarecer el hecho.
En esa ocasión se escuchó el testimonio de algunas víctimas de los abusos sexuales del cura, pero el caso nunca fue denunciado ante la justicia ordinaria por las autoridades eclesiásticas.
El cura fue enviado a Roma por el propio Karlic y, al regresar, se distanció un tiempo del sacerdocio, se radicó en Buenos Aires y más tarde se trasladó a Tucumán, donde la iglesia no tuvo en cuenta sus antecedentes y lo designó párroco de la localidad de Monteros, donde ejerció el sacerdocio hasta septiembre pasado, cuando estalló el escándalo de los abusos.
Fuente: Télam