Considera que “no solo los establecimientos públicos estatales para trabajar o realizar trámites deben ser los lugares con accesibilidad, sino que también deben tener acceso sin restricciones de infraestructura a los espacios de esparcimiento”.
El proyecto detalla, que de acuerdo a un análisis, los obstáculos más frecuentes son los suelos inclinados, el escalonamiento de la zona de asientos, estrechamiento de la zona de circulación, entre otros, y además de la falta de previsión a la hora de proyectar estos espacios públicos de concurrencia masiva.
En la mayoría de las salas, las personas en silla de ruedas sólo pueden utilizar algunos huecos dejados sin silla en la primera fila o situarse delante de ésta. Esta falta de comodidades existe frecuentemente en el transporte, hoteles, bancos, bares, centros comerciales, y mucho más en teatros y cines.
En este marco, la parlamentaria manifestó que “las personas que necesitan sillas de rueda, precisan de espacios mínimos para poder maniobrar. Esto no implica necesariamente mayor superficie, sino una adecuada distribución y voluntad de integración”.