Por ello Buenader consideró de vital importancia adherir a la ley nacional que para finales del año 2.010 prohibirá la importación y comercialización de las lámparas incandescentes, sostuvo que el reemplazo generalizado de las bombitas incandescentes evita la construcción de varias centrales de energía y así se evita el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de ahorrar recursos naturales no renovables.
Para concluir la diputada, explicó: “la ventaja de las lámparas de bajo consumo es que funcionan de forma similar a las lámparas fluorescentes de tubo; utilizan entre un 50 y un 80% menos de energía que una lámpara común y tiene una vida útil mucho más larga”.