Un peculiar alineamiento cósmico entre la Tierra, Júpiter y un lejano cuásar, una clase de objetos cuasiestelares muy energéticos y distantes, propició el pasado mes de septiembre la posibilidad de realizar el primer cálculo directo de la velocidad de la gravedad.
Las mediciones, sujetas a un aceptable margen de error del 20 por ciento, indican que la gravedad se desplaza a una velocidad constante que es igual a la de la luz en el vacío: 300.000 kilómetros por segundo. (Télam-SNI)