Catamarca
Miercoles 24 de Abril de 2024
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Publican las memorias del poeta riojano Héctor David Gatica

El intenso diálogo que mantuvo ese escritor a partir de los veinte años con su diario personal resultó en sus memorias, cuyo primer tomo acaba de editarse con el título de "Mis sueños de aquellos días".
El libro, editado por la Editorial Alta Córdoba, se une a la profusa obra de Gatica, nacido en La Rioja en 1935, autor de títulos como "Memoria de los llanos" (con quince ediciones y traducido al italiano, inglés y francés), "Los días del amor", "País desvelado" y "Cantata Riojana", musicalizada por su coterráneo Ramón Navarro y llevada al disco en 1985.

Gatica, de quien se editaron a inicios del 2000 sus "Obras Completas" en dos tomos que reúnen poesías, cuentos y ensayos, dice ser un lector fervoroso de las denominadas narrativas del yo -biografías, memorias, correspondencia, autobiografías-, libros que -aduce- "me enseñaron mucho".

Sobre el origen de "Mis sueños de aquellos días", cuenta que la idea de escribir un diario surgió cuando cumplió 20 años: "El motivo no lo sé; quizás mi soledad rilkeriana en la inmensidad de los llanos riojanos, sintiendo la necesidad de contarle a alguien lo que me estaba pasando con la poesía y no tener a quién, así el papel pasó a ser mi mejor confidente".

El riojano, a quien Atahualpa Yupanqui definió como "un poeta que piensa con el corazón", agrega que fue escribiendo a lo largo de 57 años su diario que ya tiene cerca de las dos mil páginas: "Este es el primer tomo y resume el tiempo que viví en el campo, las giras por América con mi revista Poesía Amiga, dedicándole un número a cada país y un año de vida en una villa miseria".

Reconoce que el lapso que comprende su libro de memorias (1956-1969) fueron cruciales en su formación: "Así es, pues fui sumando la sabiduría existencial de la gente con la cual convivía (hacheros, conductores de carros, carboneros, poceros, que además de enseñarme humildad inspiraron varios de mis libros), con abundante literatura universal".

Esos volúmenes llegaban, dice, gracias al intercambio que posibilitó su revista Poesía amiga: "Libros de todas las naciones de América y Europa, junto a las poesías que iba aprendiendo para darle recitales a las sendas, los vientos, las aves, el campo, a la madrugada o a la hora del crepúsculo".

La edición y difusión de Poesía amiga en sus cinco años de vida no estuvo exenta de dificultades: "Galopaba 15 kilómetros de Villa Nidia a Nueva Esperanza para despacharla por una estafeta hacia América y Europa. Dediqué un número a cada país de América, lo que resultó en la antología ´Este canto es América´"; y remata con humor: "Pensar que antes se usaba el ´correo equino´ y ahora todo es por e-mail…".

El lenguaje de "Mis sueños de aquellos días" cruza el dato autobiográfico con poesía, anecdotario y reflexiones: "Un diario es la expresión escrita de lo que le va ocurriendo al autor y sus circunstancias, como una cámara fotográfica que capta y guarda el instante, lo imprevisible".

Las páginas del libro recogen una experiencia que lo marcó: su labor como cartero en la población de San Francisco, que se superpone a su oficio, el del poeta que reparte palabras entre su gente: "Tenía 14 años, el sueldo no me alcanzaba para pagar la pensión y tenía un jefe alemán y despótico. Llegué sabiendo telegrafía, pero no se me permitía acercarme al manipulador".

El poeta recuerda que la adversidad ("cuando no había telegramas para repartir le tocaba limpieza") tenía su contracara en la práctica del ajedrez: "Fue mi consuelo jugar con gente mayor y también releer las cartas de mi madre, lo cual hacía a orillas del río cuando iba a lavar mi ropa".

Sobre algunos temas recurrentes del libro -el campo, el tiempo, la amistad y la guitarra-, Gatica reitera su amor por el paisaje riojano: Muchas veces he abrazado sus quebrachos y algarrobos y los bauticé con nombres de amigos; en referencia al tema del tiempo, digo con el poeta Lu Ki: ´Es triste que ya queden pocos días delante / es triste haber dejado tantos días atrás´".

"De la amistad, creo en esto que un pasaje de La Biblia que transcribí en mi libro "Himnos Farisaicos: Nada hay comparable con el amigo fiel. Y sobre la guitarra, recuerdo que teníamos un trío con dos amigos; qué rancho no nos vio en su patio de tierra llevándole un pedacito de alegría. Así escribí: ´Y pongamos el canto / donde Dios lo olvidó".

En algunas páginas de estas memorias Gatica hace referencia a un registro paralelo que llevó por años y que tituló Los diarios de Villa Nidia, un libro más cercano a la prosa narrativa que sus memorias y que en su momento hizo que el poeta entrerriano Alfredo Veiravé viera a su autor en una labor de: "Misionero de lo minúsculo y homenajeador de los millones que nacen o mueren sin que el resto del mundo se entere".

Para Gatica su provincia es una cantera lírica de voces de envergadura que pasan por sus ensayos y la media docena de antologías que compiló: "La Rioja tiene a Joaquín V. González, Arturo Marasso y, entre otros nombres a Ariel Ferraro, Lucía Carmona y los poetas del grupo ´Calíbar´, hasta llegar a voces jóvenes actuales".

Poeta, narrador, historiador, antologador, coplero, investigador, maestro, y editor, donde pone los ojos el poeta está su querida provincia, a la que le dedicó estas líneas: "Rioja/ escondida en el pecho de la piedra famatina/ déjame que te explote con mis versos/ para encontrar tu corazón minero".

Fuente: Télam

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