Catamarca
Miercoles 24 de Abril de 2024
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Radiografía de una familia patricia de Buenos Aires

"Así somos", el flamante libro en que Laura Aguirre de Estrada cuenta la historia de su familia (desde Santiago de Liniers, su chozno, hasta nuestros días), es un complejo y sutil rompecabezas familiar que se enhebra al contexto histórico y se convierte en un fresco de época.
La historia de esta familia patricia sirve de puntapié para relatar costumbres y maneras que se imponían en la Buenos Aires de los últimos dos siglos, con sus comidas, hábitos, creencias, vestimentas, tertulias, bailes, fiestas, influencias e identidades.

Se trata de una crónica de época -por­menorizada y por momentos con una fuerte impronta personal- de la alta sociedad porteña y de diferentes acontecimientos, predilecciones y tradiciones de las distintas ramas de su familia a lo largo de varias décadas.

La presentación del libro se realizó en la casa de los Estrada, en Venezuela 469, una de las viviendas más antiguas de Buenos Aires construida en 1788, que fue la morada de Santiago de Liniers y donde se realizaron las reuniones que culminarían con la recapitulación del general William Beresford.

A lo largo de sus páginas esta crónica entrelaza lo íntimo y pri­vado con lo histórico y social de esa época, y aunque por momentos mantiene un tono excesivo de anhelo hacia las costumbres del pasado -y de crítica hacia fenómenos de la actualidad- no deja de generar curiosidad por el relato en sí.

Mientras va mechando los datos de sus antepasados patricios -su abuela era Laura Pacheco Santamarina y su abuelo, Carlos del Solar Dorrego-, la autora aprovecha para sumergirse en detalle en costumbres y vivencias de antaño, lo más destacable del libro.

Por ejemplo, "el primer registro de matrimonio que se conserva oficialmente en Buenos Aires data de 1601" -relata- cuando las ceremonias incluían ajustar las cartas de dote, dinero, viñas y la entrega de trece monedas de oro.

En el capítulo "Del palacio al departamento, de la quinta a los barrios cerrados", se cuenta que Buenos Aires fue diseñada con calles perpendiculares que formaban una cuadrícula y "en los alrededores de la ciudad había una zona de quintas o casas de verano de las clases más pudientes.

Alrededor de 1795, con material que traían de la Isla Martín García, mal quebrado, en pedazos irregulares, se empezaron a empedrar las calles para evitar que las casas se derrumbaran por los grandes temporales.

En la Buenos Aires del 1700, las principales distracciones eran las procesiones religiosas, las militares y los toros. "Escaseaban los carruajes y sólo había algunas sillas de mano para contadas ocasiones".

"Mi abuela Estrada cocinaba y sabía cómo dirigir. Su cocina era española, con los agregados locales que le hicieron en los tiempos coloniales: humita en chala, carbonada, locro, yema quemada, torrejas con almíbar espeso, arroz con leche, huevo mol, ambrosía, tocino del cielo y el dulce de leche casero que se servía como postre", cuenta la autora.

Otros temas abordados son las estancias, los viajes en vapor, los estudios y la educación, las médicos de familia y los "matasanos", las tertulias, bailes y fiestas.

En "Así somos", Laura de Estrada rememora lo que le narraron, lo que ocurría a su alrededor, "lo que vi, oí o leí de mis mayores", en sus propias palabras.

El volumen está acompañado por una serie de fotografías en blanco y negro que ilustra cada época, y que acompañan un relato de historias verídicas, aunque algunas parezcan de ficción, narrado con un tono confidencial y sencillo.

Fuente: Télam

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