Catamarca
Martes 23 de Abril de 2024
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Rayuela "es una contribución cultural a la gratuidad

Rayuela es una contribución cultural a la gratuidad", dijo el catedrático peruano Julio Ortega, responsable de la primera edición crítica de la obra más icónica de Julio Cortázar, que visitará el país para las Jornadas Rayuela y cielo organizadas por la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (Aamnba).
"Frente al dominio de la socialización compulsiva, la nacionalidad obligatoria y la pérdida del diálogo, el valor de esta novela es renunciar a todo valor", sostiene Ortega a Télam desde la brasileña Belo Horizonte, ciudad donde se encuentra disertando sobre literatura hispanoamericana como profesor de la Universidad de Brown, Rode Island, Estados Unidos.

"El valor de ese libro es radical. Se trata del valor de lo gratuito (de los objetos nimios, de los márgenes, de lo que no tiene precio) que supone la filosofía del juego como celebración del presente rehaciéndose en el lenguaje, en las prácticas sin ganancia", sostiene.

A esto se suma que "los jóvenes hoy leen favorecidos por una estética combinada entre lo digital y algorítmico capaz de hacer de novelas como ésta una obra en permanente reconfiguración que, con las actuales metanarrativas y autoficciones, adquiere un recorrido más inmediato", asevera el catedrático peruano, adelantándose a la presentación que en mayo realizará en el porteño espacio de avenida Figueroa Alcorta 2280.

Cómo se lee Rayuela 50 años después es una de las preguntas que subyacen en las charlas que Ortega ofrecerá el 7 de mayo próximo durante las jornadas que hasta el día siguiente convocarán a reconocidos catedráticos, como la mexicana Dulce María Zúñiga, y concluirán con el diálogo público "Poética de la tachadura", a cargo del peruano.

"No ha habido un escritor nuestro de mayor intimidad con la escritura. El ´Taller de Rayuela...´ -título de la charla enmarcada en el año cortazariano que se celebra en Argentina con motivo del centenario del nacimiento del escritor (1914-1984)- es una figura de ese laboratorio, y sus armas secretas son los instrumentos que lo alientan a no dar por concluida la tarea, a cederla al lector", asevera.

"Al revés de la novela como género, que se lee por sus raíces, su genealogía y la memoria de su tiempo, este texto depende enteramente del lector, se despliega hacia adelante y busca su lugar en el proceso de una lectura haciéndose", añade.

"Escrita en tiempo condicional y por eso abierto, la pregunta ¿Encontraría a la Maga? inicia una búsqueda sin final desencadenada como una exploración de la lectura, del presente que recomienza para siempre", indica el coautor con Saúl Yurkievich del primer texto crítico sobre "Rayuela", publicado en 1991.

La historia de Rayuela es su futuro, su transformación en la lectura -asevera Ortega- y su gesto radical es hacerse en la lectura, convertida en instrumento performativo que proponía intervenir el paisaje literario desde la indagación placentera e imprevisible, lejos de un archivo vanguardista datado".

La narrativa contemporánea da la vuelta en "Rayuela" y, "liberada de las obligaciones de una historia argumental recomienza celebrando su mundanidad", continúa.

La misma historia de su lectura es novelesca, dice Ortega: "Cada lector ha leído otra novela no sólo porque cada lectura es una interpretación personal, sino porque la obra conduce literalmente a saltos, a ser lector en un espacio en construcción".

"En sus cuentos el narrador y el lector asisten a una ceremonia de conocimiento por vía asociativa, y por eso sus relatos son paisajes de la subjetividad cuyo sentido se arma como un nuevo mapa de un territorio íntimo".

Mientras que "en ´Rayuela´ y ´62, modelo para armar´, su secuela, se trata de una exploración combinatoria -explica-, no para armar una figura del conocimiento latente sino para liberar una instrumentación de la lectura como la materia de que estamos hechos: Somos, nos dice Cortázar, no lo que hemos leído sino lo que logramos leer libremente".

"Cuando Carlos Fuentes leyó Cien años de soledad" al no poder dar con Gabo, le escribió una carta de entusiasmo a Julio diciéndole que quería compartir esa alegría con él, porque él, Cortázar, era responsable de la libertad con que esa novela ejercía su felicidad creativa", esa fue la medida de la fuerza innovadora de aquella obra, concluye.

Las Jornadas Rayuela y Cielo se realizarán el 7 y 8 de mayo en la Aamnba, de 17 a 21 ambos días, con la presencia de las escritoras Matilde Sánchez, Silvia Iparraguirre, Luisa Valenzuela y su par Carlos Franz; el crítico cinematográfico Cristian Pauls; el psicólogo Ricardo Parodi; y el psicoanalista Carlos Bruck.

Las charlas que ofrecerá Ortega se completarán con "No se culpe a nadie" -la proyección de distintas versiones de cuentos de Cortázar llevados al cine, en especial, secuencias del filme "Mentiras piadosas"que dirigió Diego Sabané basado en "La salud de los enfermos"-; y la mesa redonda "Ecos cortazarianos en América Latina".




Fuente: Télam

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