"Generalmente, estos microorganismos llegan al ser humano por aguas -clubes, natatorios, colonias- o alimentos contaminados, o a través de la transmisión de persona a persona por falta de lavado de manos", precisó.
Estas son las diarreas llamadas estivales, y los grupos de mayor riesgo son los niños, los ancianos y las personas que tienen alguna enfermedad crónica que cursan con inmunocompromiso.
Por este motivo, "lo central para prevenir estas diarreas es realizar un manejo adecuado de los alimentos, que no se pierda la cadena de frío, realizar la adecuada cocción de los alimentos y el lavado correcto de frutas y verduras", señaló Linares.
La diarrea se define por "un aumento de las deposiciones, que sean líquidas, y a veces se dan con dolor abdominal, vómitos y fiebre", aclaró la especialista tras precisar que "el riesgo mayor es la deshidratación que puede producir la diarrea", por lo que recomendó acudir al médico inmediatamente.
En tanto, otra de las enfermedades que "aumenta mucho en verano es la otitis externa, sobre todo por el incremento del uso de las piletas", aseguró Mariana Rodríguez, jefa de Residentes del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas y especialista del Hospital de la localidad bonaerense de Berazategui y del Sanatorio Modelo de Quilmes.
Los pacientes con otitis externa refieren "dolor de oído, sienten como que se le cierra el conducto auditivo y escuchan menos, muchas veces sienten como una humedad", señaló la experta.
"Esta es la patología que nosotros vemos con mucha frecuencia en el verano", destacó, y especificó que en esos casos la persona afectada "no puede mojarse el oído y hay que consultar al médico porque requiere tratamiento ya que es una infección, y si el dolor no desaparece al tercer día hay que consultar nuevamente al médico".
Rodríguez precisó que esta enfermedad se cura generalmente al "séptimo día, y que si bien el dolor desaparece al segundo o tercer día, hay que esperar al fin del tratamiento para reiniciar, luego del alta del médico, la actividad acuática".
Asimismo, señaló que la otitis es una patología muy dolorosa por eso "es importante el manejo del dolor con un analgésico".
Los ojos no escapan a los padecimientos del verano, así es como la conjuntivitis es otra de las afecciones que pueden enturbiar la mirada en esta época del año, afirmó a Télam Pablo Chiaradia, profesor Titular de la Cátedra de Oftalmología de la Universidad de Buenos Aires y jefe de ese área del Hospital de Clínicas.
"La conjuntivitis viral es una enfermedad frecuente de la época estival. La incidencia es más alta en verano, razón por la cual uno debe tomar medidas de higiene como lavarse las manos de manera frecuente y usar toalla propia", precisó.
"Todo paciente que perciba secreción y el ojo rojo debe consultar al médico oftalmólogo porque es importante hacer el diagnóstico para ver qué tipo de conjuntivitis es y cómo medicarlo", continuó.
En este sentido, hizo hincapié en la importancia del tratamiento al referir que "las gotas con antibiótico y corticoides complican el cuadro porque el corticoide suele estar contraindicado en el inicio de cualquier conjuntivitis, ya que puede prolongarla o incrementar las complicaciones".
También advirtió sobre el riesgo que significa el hecho de que muchas veces el paciente va a la farmacia y le ofrecen unas gotas que son antibiótico con corticoide, y añadió que su uso "sólo está indicado frente a cuadros de conjuntivitis 'membranosa', que es un tipo de complicación de conjuntivitis viral".
"Ahí sí hay que dar corticoides, pero recién en el décimo día de la conjuntivitis viral. Pero si das corticoides de entrada le prendes fuego el ojo", explicó.
Otra de las patologías que se incrementan con la sobreexposición al sol es el cáncer de piel, ante lo cual los especialistas recomiendan protegerse de los rayos solares ya que "cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel pueden evitarse", según el experto y director del Instituto de Inmunooncología, Ernesto Crescenti.
A través de un comunicado, destacó que "la mayoría de los casos de cáncer de piel son causados por la exposición a las radiaciones ultra violeta (UV), ya sea procedentes del sol o de fuentes artificiales como las camas solares", y que siempre se recomienda usar protección solar cuando la radiación UV es 3 o mayor.
En este marco, Crescenti recomendó limitar el tiempo de exposición al sol, especialmente entre las 10.00 y las 16.00; usar protector solar mayor de 30 y renovarlo cada dos horas; usar ropa liviana pero que proteja; usar sombrero y anteojos de sol cerrados a los costados.
Fuente: Télam
