Cabe recordar que hace unas semanas surgieron versiones que daban cuenta de un eventual mal estado del agua.
Dávila remarcó que “sobre todo en el dique San Roque tiene una cantidad de algas excepcional lo que hace que, pese a los procesos de potabilización, puedan quedar rastros de olor y agua”.
“Lo primero que hacemos es monitorear el estado del embalse para saber el tipo de agua cruda que llega a la planta para ajustar el proceso”, agregó.
En cuanto al olor, aseguró que se debe a que “el alga al ser extraída y procesada, despide una sustancia orgánica que tiene como olor a tierra”.
La vocera de Aguas Córdobesas recordó que en el año 1997 sucedió algo similar. (Cadena 3)