El reordenamiento, aplicado por el intendente Raúl Jalil, es necesario debido al caos administrativo que arrastra el sistema burocrático municipal desde hace muchos años, con diferentes tipos de contrataciones, plazos anárquicos y disímiles formas de pago, lo que hacía casi imposible el control y la transparencia.
La descentralización origina inequidades en las condiciones de los contratos, suma burocracia y produce desgaste administrativo.
Desde ahora, en cambio, habrá uniformidad de plazos y agilidad administrativa. Entre otras novedades, se elimina la obligación de presentar otra vez en cada renovación toda la documentación personal porque habrá un legajo con los antecedentes del contratado.
El nuevo sistema rige desde el mes de julio y se aplicará para la renovación de los contratos vigentes, la que se hará por ocho meses (hasta febrero de 2013) en lugar de los contratos trimestrales o semestrales que se hacían hasta ahora.
Además, la Municipalidad tiene previsto pasar gradualmente a planta permanente a los contratados de mayor antigüedad, siempre que el presupuesto lo permita y a medida que se produzcan vacantes por la jubilación del personal en condiciones de hacerlo.