Cabe mencionar, que estas acciones se enmarcan a raíz de un proyecto impulsado por la Asociación de Asistencia a los Familiares del Suicida (AAFASU) denominado “Clínicas Comunitarias Catamarca” y del cual la Subsecretaria de Salud Mental acompaña activamente, a los fines de poder crear lazos con todos los sectores en esta problemática.
En este sentido, el nombre “Clínicas” refiere al grupo de representantes institucionales que “llegan primero” y que inmersos en conocimientos suicidológicos pueden: intervenir en la crisis suicida. Asistir y contener a familiares de la víctima. Registrar e informar del suceso conforme lo establece la Ley Nacional de Registros Estadísticos. Y, finalizada la atención, el policía, el bombero y el médico emergentólogo pueden analizar en ateneos, ante un caso complejo o bizarro de significativa afectación.
Mesa de trabajo con ONGs
En este marco de reuniones, los días 28 y 29 del corriente mes, la Dirección Nacional de Salud Mental junto a la Subsecretaria de Salud Mental de la provincia, organizan para estos días, una Mesa de Trabajo con Base en la Suicidología destinada a ONGs y que tendrá lugar en el Centro Integral de Salud (CIS), ubicado en Av. Virgen del Valle 2050.
La agenda para los días 28 y 29 son: paradigma del suicidio como emergente multicausal que debe ser considerado como una temática de salud previsible y prevenible; protección de “Los que llegan primero”; promoción de la formación de la Red de Servicios con articulación Interministerial e Intersectorial y registro Epidemiológico.
El suicidio se puede prevenir
Frente a una problemática tan dolorosa lo que jamás debe ocurrir es permanecer inmovilizados por el silencio y el miedo. Es por ello que, cuando hablamos de suicidio, una de las primeras reflexiones que invitamos a hacer es entenderlo en toda su complejidad, con un aspecto privado y otro social. El privado alude al derecho a la intimidad y al respeto al grupo familiar y de referencia. El social, a las instituciones comunitarias que deben acceder a información confiable para fortalecer la prevención y promoción de la salud, en especial en las poblaciones más afectadas y sensibles: los adolescentes y los adultos mayores.
Quienes tienen intenciones suicidas padecen un cercenamiento de su horizonte existencial. No logran vislumbrar un proyecto -individual y/o comunitario- de vida. Por esta razón, las acciones preventivas que impulsamos se basan, principalmente, en acompañar a estas personas a encontrar un sentido, un propósito a través del cual, y como suele decirse, la vida merezca ser vivida.
La clave para ayudar en la resolución de ese conflicto vital es profundizar la capacitación del equipo multidisciplinario de profesionales
Como establece la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, que es la red de atención en salud mental –los Hospitales Generales, Centros de Atención y los Centros Integradores Comunitarios, entre muchos otros- el ámbito más adecuado para hacer prevención y contención. Para ayudar a quien lo precise. ¿Cómo? Sobre todo, escuchando. Porque el dolor –quienes tienen intenciones suicidas están atravesados por él- no siempre es evidente, pero tiene señales. Escuchar y observar con atención puede contribuir a reconocerlas y ayudar.
No obstante, ese acercamiento no puede ni debe darse de cualquier modo. Es necesario, y hasta imperioso, derribar aquellos preconceptos que no hacen otra cosa que alimentar estigmas y ahondar el silencio. Hoy sabemos que es posible que las personas con intenciones o pensamientos suicidas no deseen morir si se produjeran cambios positivos en su vida. Sabemos que una buena comunicación reduce las chances de que concreten su cometido. Que la mayoría de quienes se quitaron la vida hizo saber, de algún modo, su propósito.