La ley, basada en conceptos bioéticos pero a la que se opone la Iglesia Católica, fue avalada por los votos de la mayoría de los diputados, que responden al radicalismo, y entrará en vigor cuando el gobierno provincial la reglamente.
La polémica iniciativa, presentada por la legisladora radical Marta Milesi, había sido aprobada en primera vuelta en julio pasado y ayer resultó ratificada en un segundo debate.
Establece que "toda persona que padezca una enfermedad irreversible en estado terminal tiene derecho a manifestar su rechazo a los procedimientos quirúrgicos, de hidratación y alimentación y de reanimación artificial cuando éstos sean desproporcionados a las perspectivas de mejoría y produzcan dolor y sufrimiento". Los heridos en accidentes que quedasen en la misma situación de los pacientes terminales también son considerados en la flamante norma.
Asimismo, garantiza "que no se interrumpan las medidas tendientes al control y alivio de ese dolor en los últimos instantes de vida", conocidas como cuidados paliativos.
Fuente: La Nación.